El gobierno de la ciudad
Los burgueses se fueron organizando
a medida que tomaban conciencia de que cumplían un papel diferente en la
sociedad. A través de diversas formas de presión, como levantamientos,
alianzas, apoyo financiero, recibieron de
los monarcas carta de libertades,
por las que se colocaba a las ciudades directamente bajo autoridad real, se las
autorizaba a administrar justicia y se otorgaba la libertad personal a sus
habitantes. Las ciudades también obtuvieron el derecho de autogobernarse y formaron
gobiernos comunales que tuvieron diversos nombres según la región:
Ayuntamientos, (señorío mando sobre una cosa) o comuna.
El desarrollo de las ciudades y el creciente
bienestar de una parte de su población aumentó
las diferencias entre ricos y pobres, Aparecieron entonces muchos predicadores
que exaltaron ante los humildes la pobreza y la renuncia a los bienes
terrenales, y fueron condenados por herejes
Sin apartarse de la Iglesia, surgieron nuevas
órdenes, llamada ‘órdenes mendicantes’,
que predicaban mediante la palabra y el ejemplo. Las órdenes
mendicantes se establecieron en las
ciudades para estar en contacto con los problemas de la gente, En el siglo XIII
se fundaron dos órdenes mendicantes: La de los franciscanos (Fco de Asís) y la
de los dominicos ( Domingo Guzmán).
La Iglesia redactó documentos con listas de profesiones
prohibidas y oficios deshonrosos, que casi siempre incluían el comercio. Fundamentalmente porque la
finalidad del comercio era el deseo de ganancia o lucro.
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